En tal sentido, es oportuno hacer una reflexión, acerca del nuevo rol del docente. Una de las características del educador es despertar la curiosidad en el estudiante y estimularlo para fomentar en él, entusiasmo en su formación intelectual y crear estrategias necesarias para garantizar el éxito y su permanencia en el sistema educativo. Por esta razón él asume una nueva concepción más acorde a las nuevas exigencias actuales y aprovechar las posibilidades educativas que ofrecen las nuevas tecnologías.
Negarse al cambio, sería sinónimo de estancamiento. El docente no debe someterse pasivamente a los cambios y a sus consecuencias sino enfrentar el reto, el desafío incontrolable de la tecnología y formarse, para eliminar la falsa creencia de que las computadoras podrían sustituirlo. Ciertamente las computadoras cumplen una función instructiva y podría suponerse las sustancias del docente. Pero esta suplantación sería imposible en cuanto a su función formativa, de orientación y de custodia en la que es indispensable la presencia del docente.
Así pues, la tecnología ha producido un impacto aparentemente negativo en el educador, por una parte, la resistencia del docente al cambio y la deficiencia de formación y por la razón de ser sustituido por el computador. Cuando la realidad es que lejos de causar efectos negativos, lo realmente importante es que solo afectará el ritmo de las actividades que ha desempeñado hasta ahora, es en realidad un asunto de comprensible relatividad.
Cabe destacar, que la labor del docente está en la capacidad de diseñar, crear y preparar los recursos didácticos necesarios para mejorar el proceso de enseñanza y aprendizaje. Pero cuando dispone que estos recursos estén apoyados en la tecnología resulta una cuestión emocional, puesto que a la mayoría de docentes les ha tocado aprender al igual que los estudiantes y esto los hace vulnerable, por el hecho de sentir que improvisa, Por ejemplo si una computadora o el programa fallan pone en tela de juicio al docente y supone que el error ha sido de él, para no detener la actividad, prueba diversas formas de resolver el problema y a veces no lo consigue esto podría causar mucha frustración, ( este aspecto dependerá de la formación y personalidad del docente). Lo más adecuado es contar con otro recurso o medio para soportar la situación.
En resumidas cuentas, el docente debe enriqueces su nivel de formación en cuanto a las nuevas tecnologías de la información y comunicación (NTIC) para cubrir las necesidades educativas actuales y aprovechar las nuevas formas de enseñanza- aprendizaje que estas generan. El docente debe adaptarse, al lo único que es constante, el cambio.
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